jueves, 14 de marzo de 2013

¿Que qué es leer?

Leer no es un simple verbo. Leer no es mirar unas frases formadas de palabras y ya está, no, eso es sólo el principio. Es la historia en la que te recreas, o los versos que te dominan durante la lectura. Es la imaginación, la originalidad y la inspiración de personas que convierten sentimientos en palabras plasmadas en unas páginas unidas en un libro.
Leer son tus manos en la tapa, tus ojos en el papel y tu corazón en la historia.
Es empezar un libro y querer terminarlo. Y también es terminarlo, y querer empezarlo de nuevo.
Es sentir lo que el escritor quiere que sientas, ser su marioneta emocional, que sientas lo que sienten los protagonistas, que tengas miedo cuando uno de ellos lo tiene y que llores si muere. Identificarse con ellos.
Es que tus héroes dejen de ser Superman y Flash para convertirse en Neruda, Benedetti, Kafka, Dickens y otros muchos.
Leer es un sentimiento, una forma de vida, un arte.
Leer lo es todo.

Para escribirte lo que nunca te digo.

Tú, y tu descaro ante todo, frente al mundo entero, con esos aires de superioridad (que son sólo una careta), para luego llegar a casa y no poder mirarte ni al espejo, porque te rompes en mil pedazos, cuando te ves y te odias, sumergiéndote en ese deseo de ser otra persona.
Y sabes que eres tu mayor enemigo, tu reflejo, tu cuerpo (Si, ese de ahí, el que te mira con ojos de pena).
Y te llenas de odio, odio a ti misma.
Pero es contradictorio cuando pides que te quieran si no te quieres a ti misma. Pero es que es peor que eso, cuando pides respeto, y eres el primero en perderte el respeto a ti mismo, castigándote.
Quiérete. Aunque sea un poco. Quiérete, que nadie te va a querer más que tu misma.

domingo, 10 de marzo de 2013

Noches paralelas.

Que llegará una noche en el que en vez de tener el móvil entre mis manos, te tendré a ti. Que mis dedos no irán por el teclado, sino por tu cintura, por tu espalda, por tu cuello... Y que en vez de escribir, susurraré. Que en vez de mirar lo que escribes, te miraré a ti, que en vez de sonreírle a la pantalla como a un tonto, te sonreiré a ti, y que no tendré que aguantarme las ganas de darte un beso cada vez que me digas algo que me gusta.

Besos en prosa.

Qué estúpido se hace el tiempo cuando yo no callo y tu no abres la boca.
Tan absurdos nuestros besos, ¿para qué juntar nuestras bocas? 
No son besos, tampoco versos... sino prosas.

Intenté no callar, para que abrieras la boca. (Intenté que fuesen besos, y no sólo juntar bocas...)

Pero callaste. No abriste la boca.
Y no, tampoco esta vez han sido versos...
Ni besos.
Ni prosas.

viernes, 8 de marzo de 2013

Alas.

Inventaron las alas para que soñaras con la libertad. Te metieron en una celda, pero dejaron abierto un hueco con barrotes que te mostraba el cielo. Y tu tan deseoso de poder volar, con tus alas sin estrenar, tan blancas.
Porque de algo sirve la libertad, si no fuera para privarte de ella. Y de algo sirve el cielo, si no fuera para desear tocarlo.

jueves, 7 de marzo de 2013

Donde quiera que hayas ido.

A veces no te escribo porque no me salen las palabras. Otras, no lo hago porque derramo demasiadas lágrimas. Otras, simplemente, duele.
Pero en mi mente, te escribo mil palabras por minuto. Palabras vacías, que pueden no decir nada y a la vez decirlo todo. Lo importante no es lo que digan, sino que están presentes, que estás presente. En mi, en el recuerdo, en la historia, en la memoria.
Lo eres nada, lo eres todo. Lloro, río, me alegro y te odio. ¿Estás bien, te funcionó?
Yo estoy sólo. Me dejaste así.
¿Te veré de nuevo? Quiero pensar que si, pero si llega ese momento no sabré que decirte.
¿Me vas a cuidar como yo te cuidaba?
Tal vez sea más bonito echarte de menos que estar contigo. Quedan recuerdos, quedan tus sonrisas grabadas a fuego en mi retina, sonrisas contadas, y carcajadas sin fuerza en mis tímpanos. Queda todo esto, eso se mantiene vivo... pero no quedas tú.

martes, 5 de marzo de 2013

Héroes.

Podríamos ser héroes, pero sólo mediante evasivas.
Miente, engaña, porque sabes que ninguna verdad es heróica, y llega a ser tan obvio que héroes y heroínas visten sobre su capa la palabra falsedad, disfrazada de heroicidad.
Así pues, tal claro queda que la mentira mejor disfrazada es una heroicidad, y la verdad, completamente desnuda, no es más que eso. Algo desnudo, vacío y sin sentido.

lunes, 4 de marzo de 2013

Porcelana.

Mal contacto la fría porcelana de tus dedos con el calor de mis mejilla, ¿verdad? Son lágrimas. Nos abrazaba la lluvia pero aun así no lo podía evitar. Como el filo de un cuchillo cruzaba mi cara y tus manos no lo podían parar.
¿No es más frágil la porcelana que la tristeza? Igual lo confundí, igual eran diamantes... da igual. No se de qué estabad hecha.
Ha pasado demasiado tiempo para recordarlo. Igual eras gris, o igual de colores. Tenías sombras, eso lo recuerdo, lo demás queda lejos, demasiado, ya no es nada.
No eras dulce, no. Tus manos también cortaban. Y surgió de la nada una batalla entre tus dedos, mis lágrimas y nuestras palabras. Nuestras. O no nuestras. Yo callaba.
¿No verte nunca más? ¿No sentir tu porcelana?
Una lágrima cayó en el pecho. Empujó como una daga, casi sin esfuerzo, no atravesó pero la sentí en la espalda.
Te ibas, para no volver. Llovía, y yo lloraba.

sábado, 2 de marzo de 2013

Tan grande la luna.

¿No es bonita la grandeza de la luna ante la de las estrellas? Mira al cielo, lo más grande ella. La primera que ves, la primera que observas.
Pero ella no es la más alta, (ah, no, ni la más grande) pero es la que más se hace ver. (Tal vez porque ella se acerca más que otras, tal vez porque es a la única que quieres ver.)