miércoles, 29 de mayo de 2013

Querida víctima.

Querida víctima:
He visto el miedo en tus ojos, y estaba yo reflejado. Siempre imaginaste que sería lo mejor de tu vida, y ahora me tienes miedo, qué curioso. Cada vez estás más enganchada, lo sé. No puedes desprenderte de mí, jamás podrás, una vez que pasa no hay vuelta atrás. He invadido tu vida, tu mente, tu corazón, incluso tu alma. Soy tu dueño, tú ya eres mía. Me atrevería incluso a decir que yo decido tu futuro, vivo tu presente, y revivo tu pasado.
Y pasarás noches en vela por mi culpa, y llorarás, y sufrirás. Seré el vacío en tu pecho cuando te quedes sola.
Pero, víctima mía, reconoce algo. Te gusta estar atada a mi. Porque a todos nos gusta ser libres, pero necesitamos una cuerda cuando somos funambulistas, y tu vida es una cuerda entre dos rascacielos.
Querida víctima, no me odies. Te juro que te daré los mejores momentos. Y también los peores.
Atentamente, el que hace que te enamores.

domingo, 12 de mayo de 2013

Tic-tac.

Dime como notas los latidos de tu corazón ahora que el tic-tac no lo dicto yo. 

Para nadie, de alguien.

Buscaba una forma de buscar las palabras que te diría si estuvieras aún,
si fueses tú, la primera, 
la misma, 
la de siempre,
la que una y otra vez me mordió el corazón (pero no sabíamos que al final uno de esos mordiscos me haría sangrar) y por mucho que he buscado, he llegado a la conclusión de que no necesito palabras,
porque no hay boca que las diga,
ni oídos que las escuchen.
Y también he pensado, que sin ti no hay día, 
ni noche,
ni horas,
ni minutos, porque tu eras el tiempo, eras el sol y la luna y las estrellas, ¿Y ahora qué queda? Si lo eras todo, y no eras nada, y ahora no echo nada de menos, porque lo extraño todo.
Y lo peor de todo es que quedan mil abrazos para darte, abrazos que se llevará el viento cuando me faltes, y quedan labios, separados por kilómetros. Quedan noches de lágrimas y días de sonrisas fingidas. Queda tiempo, mucho tiempo hasta que me note de nuevo cómo me muerden. Queda mi cuello al descubierto, y mis ganas de ahogarme. Queda el aire, que si no estás tú ya no pinta nada aquí.
Quedan mis ganas de tí,
de mi,
de nosotros.
Si algún día notas que te acaricia el viento, no dudes, que son las letras de nuestras canciones intentando llegar a tus oídos, y si notas que alguien te mira, no dudes, que seré yo cerrando los ojos para intentar grabar tu imagen a fuego en mi cabeza.
Y no será tan malo al fin cuando el polvo se acumule en el rincón vacío de la cama (o del corazón).

lunes, 6 de mayo de 2013

Nuestro sitio.

Últimamente he estado escribiendo un sitio, en el que tú y yo no somos nosotros, somos otros, tan diferentes, pero tan felices.
Es un sitio nuevo, irreal, no sé tan siquiera si es un sitio, puede que sí, o que no, qué más da, ahí somos felices. He reescrito ese sitio millones de veces, nunca me he cansado de hacerlo. Es un sitio sin lágrimas, ni peleas, ni enfados. Es un sitio en que la risa hace eco y se contagia, los besos viajan en el tiempo y se repiten una y otra vez, y si miras a lo lejos, se refleja la misma luz que encuentro en el fondo de tus pupilas. No hay horizonte, porque no hay vertical, porque es todo redondo, como tus lunares. Huele a ti, suenas tú. Tus labios de bandera, y tu risa su himno. Tu mano en mi pelo es el lema, y los suspiros son la religión. Es un sitio sólo para nosotros, nadie más puede acceder a él. Nuestro limbo.
He escrito ese sitio sobre un folio en blanco, y después de escribirlo, la hoja sigue vacía. Cualquier sitio del mundo es nuestro, depende de los ojos con los que lo mires.