Inventaron las alas para que soñaras con la libertad. Te metieron en una celda, pero dejaron abierto un hueco con barrotes que te mostraba el cielo. Y tu tan deseoso de poder volar, con tus alas sin estrenar, tan blancas.
Porque de algo sirve la libertad, si no fuera para privarte de ella. Y de algo sirve el cielo, si no fuera para desear tocarlo.
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