Qué estúpido se hace el tiempo cuando yo no callo y tu no abres la boca.
Tan absurdos nuestros besos, ¿para qué juntar nuestras bocas?
No son besos, tampoco versos... sino prosas.
Intenté no callar, para que abrieras la boca. (Intenté que fuesen besos, y no sólo juntar bocas...)
Pero callaste. No abriste la boca.
Y no, tampoco esta vez han sido versos...
Ni besos.
Ni prosas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario