miércoles, 3 de abril de 2013

Invisible.

Invisible, ¿dónde te metes? Te he estado echando de menos. La vida da muchas vueltas, y yo no me creí aquello de que si te ibas no ibas a volver. Que aún no me lo creo, ¿sabes? Yo siento que en cualquier momento vas a aparecer. Pero no por ahora.
Invisible, ¿qué has hecho todo este tiempo? Me dijeron que te vieron, andando perdida, y yo no me creí aquello de que te escondías tras los árboles. Que aún no me lo creo, ¿sabes? Tu sitio es la ciudad, siempre has odiado esos estúpidos sitios llenos de hadas.
Y yo, idiota, pensé que eras una de ellas. Porque no te veo, ¿sabes? Pero no, nunca has sido tan pequeña, sólo mi pequeña. Pero no vuelas por ahí. Mantienes los pies en el suelo, sí, las estrellas están muy arriba, en la tierra no hay ninguna.
Nos han mentido, invisible. Nos contaron cuentos, y nos los creímos. Creímos en las hadas, en los duendes, en la eternidad, en el cielo y en el infierno. 
Y lo creímos, hasta ese instante en el que te fuiste. ¿Qué pasó? Joder... dejamos de creer todo aquello. 
¿Y en qué creo ahora si no es en esos cuentos? Porque no puedo creerte, invisible, eres demasiado pequeña. Y perdida. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario